La ausencia del limite entre lo real y lo irreal, el juego de la imagen y sus múltiples reflejos, el abismo en el que nos sumerge la vida y su eternidad deseada y la búsqueda constante de un existir –pasado y presente– que se sitúa en el punto exacto en donde se deja de tener miedo y todo se hace posible, son los puntos cardinales que interesan y hacen la escritura y, por qué no, la vida que siempre es complicada porque siempre es contundente.

Intertextualidad cultural, etnología, arqueología, antropología cultural y física, por un lado; imaginación, fabulación, demencia y muerte, por el otro; constituyen temas recurrentes en la ópera prima de este joven escritor.      

©Fernando Penco Valenzuela